Habrá una planta de fertilizantes nitrogenados, utilizando el gas que
estamos venteando; y en cuanto a los fosfatos, utilizaremos a las cooperativas
para los convenios de trueque que deberá realizar con los países del Este y de
Europa, además de la utilización más modesta de Zapla de tierras grandes. Vamos
a lograr que la Junta Nacional de Granos y la Junta Nacional de Carnes estén
preparadas para intervenir en el Comercio Exterior, no para monopolizarlo, pero
sí para que sean testigos en el comercio exterior del productor y para que la
Argentina no pierda buenos negocios, como ha perdido por fanatismo ideológico,
porque no se quiso comerciar de gobierno a gobierno. Y a veces no sabemos ahora
cuanto nos pagan en realidad, porque apareció un empresario Inteligente que no
sabemos con lo que se queda en el camino.
Hay muchos países que quieren negociar de gobierno a gobierno, no sólo
los socialistas; en África, en Asia y en América Latina, y tendremos que buscar
también la manera de cambiar el tema tributario, de modo de premiar al buen
productor y castigar mal productor. Y en todos los casos, detrás de este
esfuerzo del productor industrial y del productor agropecuario estará un
sistema financiero distinto, con posibilidades de crédito que sean accesibles a
la producción, de acuerdo a la rentabilidad de cada uno, porque queremos al
industrial en el torno, trabajando para el país y al productor agropecuario en el
campo y en el surco elaborando la grandeza de la patria, y no corriendo detrás
de los gerentes de Banco para cada vencimiento. Pero no termina ahí todo. Se
hace necesario lograr una política agresiva en el comercio exterior. Estamos
ante un mundo que sufre una recesión aguda un mundo que no ha crecido el año
pasado, que seguramente no crezca este año. Cada uno de los países levanta
barreras proteccionistas. Todos están sufriendo de este gobierno de
ultraderecha de los EE.UU, la puesta en marcha de una política financiera que
en definitiva privilegia a las finanzas en detrimento de la producción. De modo
que es difícil y tenemos que lograrlo.
Hay que diversificar los mercados y habrá que colocar no solamente
nuestras materias primas, sino además nuestros productos manufacturados. Y para
ello, nada mejor que aprender a trabajar en común con nuestros hermanos de
América Latina. Nosotros somos discriminados y aún agredidos en nuestro
comercio exterior por el norte, tanto por los EE.UU como por el mercado económico
europeo. Estamos realmente sufriendo procesos permanentes de deterioro de los
términos del intercambio; cada vez nos pagan menos por lo que nos compran, cada
vez tenemos que pagarle más lo que nos venden, y ahora competidores nuestros en
terceros mercados para la colocación de carnes vacuna y de granos, en contra de
la filosofía que preconizan, con productores subsidiarios. Tenemos que aprender
a trabajar, corno les decía, en América Latina; tenemos que dejar de ser los
soberbios europeos de América Latina, y trabajar juntos con nuestros hermanos
para defender nuestros Intereses como corresponde.
Hay que internalizar el comercio exterior, hay que trabajar además para
cumplir el sueño de los libertadores. Es indispensable que nos demos cuenta que
debemos apoyarnos también para los distintos procesos de democratización que
debemos llevar adelante; tenemos que terminar con problemas de límites que son
tantos y tan graves. Nosotros con Chile, Chile en cierta forma con Bolivia y en
consecuencia de alguna manera con Perú, Perú con Ecuador, Colombia con
Venezuela, Venezuela con la Guyana por el esequivo; no puede ser más, es
absurdo, provoca carreras armamentistas que son una verdadera inmoralidad en
países que no han resuelto todavía los problemas del hambre de nuestros
pueblos.
Es un lugar común, y a decir amigos, que vamos a recibir a nuestro país
en una de las crisis más profundas de su historia. Casi daría la Impresión que
son tantos los problemas que los cursos de acción que hay que seguir para
solucionarlos fueran distintos y a veces contradictorios. Hay que dar la
respuesta que corresponde a la justicia social y hay que aumentar el poder de
compra del pueblo, y esto al mismo tiempo que disminuir una inflación tremenda.
Vamos a atacar la inflación, pero no haciendo recaer sobre las espaldas del
pueblo el esfuerzo de la reconstrucción de la economía. La vamos a recibir en
alrededor de un 500% y nos comprometemos en pocos meses a llevarla a 2 dígitos
al año.
Pero lo vamos a hacer atendiendo a las medidas estructurales y
promoviendo de todas las maneras posibles el aumento de la producción al mismo
tiempo que con una disciplina monetaria y fiscal. Tenemos que aumentar los
gastos en educación y en salud, pero no podemos aumentar el déficit y entonces
corresponderá que la saquemos, saquemos esos partidos de otras zonas del
presupuesto, y como no podemos aumentar el déficit, vamos a disminuir el
presupuesto de las FFAA en el país. Tengan la seguridad que a pesar de todo
vamos a arrancar, vamos a reclamar la solidaridad de las democracias del mundo,
vamos a reclamar la solidaridad con la naciente democracia argentina y estén
seguros que lo logramos, porque no es cierto que la Argentina esté
desprestigiada en el mundo, está desprestigiada la dictadura argentina, pero no
el pueblo argentino. Vamos a salir con el esfuerzo de todos, que nadie deje
caer sus brazos, que nadie disminuya en un ápice la altura de los objetivos que
se ha determinado para el país. Vamos a arrancar, tengan ustedes la seguridad;
otros países han atravesado crisis más duras que las nuestras y salieron.
Piensen ustedes en Europa y en la guerra, hoy son nuestros acreedores.
Nosotros vamos a arrancar y será con el esfuerzo de todos, con el esfuerzo de
la juventud, de la generación intermedia y con los hombres y mujeres de la
tercera edad.
A todos les he dicho lo mismo recorriendo la República, y yo les quiero
dejar este modesto mensaje de nuevo a los muchachos jóvenes. Comprendan que no
están solos; serán la vanguardia de una lucha nueva, de una marcha nueva. Se
trata de un rumbo distinto, una marcha con una meta nueva. Y casi diría también
con una lealtad nueva. Una lealtad no con el pasado, una lealtad con el futuro
que estamos obligados a construir. Un esfuerzo entre todos; yo les he dicho en
toda la República que no cometan el error que hemos cometido los mayores. Quien
piensa distinto en el pluralismo de la democracia puede ser un adversario, pero
jamás un enemigo. No sigan a hombres. Los hombres fallan a veces o no pueden
Sigan a ideas. Los principios acompañan toda la vida a un hombre de bien.
Quiéranse a sí mismos. No puede querer a los demás quien no se quiere a sí
mismo. Pero quererse a sí mismo significa respetarse a si mismo, y para
respetarse a sí mismo hay que cumplir con su deber. Cumplir con su deber en el
hogar, con el grupo familiar en la escuela, en el trabajo, con sus compañeros.
Es prepararse para cumplir con el deber con la patria, que mañana será
el conjunto de los porvenires honrados que ustedes se vayan construyendo con
esfuerzo y sacrificio. Es la tarea de todos; es la tarea de los hombres y de
las mujeres; de la mujer que tiene esta inteligencia extraordinaria para
defender a los suyos y que ahora comprende que la forma de defenderlos es
practicando en este proceso de democratización y la vemos rodeando nuestras
tribunas como nunca. La mujer que sufre las consecuencias de esta sociedad
anticuada y machista que ni siquiera le confiere la posibilidad de compartir la
patria potestad de sus hijos. De la mujer argentina que a veces de tan
bondadosa le dio el mal consejo al hijo cuando le dijo "no te metas";
es que había miedo y miedo legítimo en la República. Pero frente a este
requerimiento de la historia yo estoy seguro que también de tan bondadosa lo
tomará de la mano al hijo e irá a la casa de cualquier partido político para
decir sencillamente: "aquí estarnos, para defender la democracia de los
argentinos".
Esta es la marcha nueva de los argentinos; hemos revalorizado la
democracia. Cada uno ha entendido que la única forma de solucionar nuestros
problemas es a través de la recuperación de nuestros derechos y nuestras
libertades. Cada uno ha entendido que con la democracia no sólo se vota, con la
democracia se come, se cura, se educa. Cada uno a entendido que hubiera bastado
un solo diputado levantando su voz en el Congreso de la Nación para que estos
"nenes de papá" que manejaron la economía hubieran tenido que
desaparecer de la Casa de Gobierno.
Tenemos que ser nosotros los constructores de nuestro propio futuro.
Cuando no nos mandoneen más, cuando nadie nos mandonee, ni de arriba ni de
abajo; cuando nadie presione sobre nuestros derechos; cuando estemos recién
convencidos de nuestra posibilidad de ejercer nuestros derechos, y de ser
absolutamente responsables de nuestra libertad, allí recién vamos a construir
el país que nos merecemos. Tengan la seguridad, será esta la instancia de
nuestra marcha, algo nuevo en el país. Superaremos discrepancias. No estamos
desafiados fundamentalmente por problemas ideológicos; podemos dejar para más adelante
la discusión acerca de los aspectos más sofisticados de la ideología de cada
uno. Aquí se trata de poner en marcha políticas de salvación nacional.
Y lo he dicho por todo el país: es tiempo porque estamos frente a
elecciones, de levantar y enarbolar las banderas partidarias. Pero también es
tiempo porque definimos cien años de paz y prosperidad, de dejar un lugar
arriba de todas para que por encima de todas llamee la azul y blanca, hablando
del encuentro definitivo de los argentinos. Es tiempo de marchar juntos también
lo he dicho también en toda la República, cada uno inspirándonos en lo mejor de
nosotros mismos y también en nuestros muertos más ilustres.
Los radicales ya estamos en la marcha, y al frente de nuestra columna.
Allá van: Alem, Yrigoyen, Pueyrredón, Sabattini y Lebensohn , Larralde, Balbín,
Illia. Los que estén a nuestra derecha pueden Inspirarse si lo desean en Sáenz
Peña o en Pellegrini, los demócratas progresistas en Luciano Molina o Lisandro
de la Torre, los socialistas en Juan B. Justo o Alfredo Palacios, los
peronístas en Perón o en Evita, pero juntos los argentinos para terminar con la
dictadura. Es la marcha nueva de los argentinos.
Dentro de poco esto nos va a parecer una pesadilla, un mal sueño. Vamos
a enterrar la etapa de la decadencia argentina, vamos a volver a ponerla entre
los primeros países del mundo por la riqueza de nuestro pueblo. No va a ser
fácil, nos va a costar, pero lo vamos a lograr, y si lo hacemos, amigos de
Buenos Aires, que nadie se deje deslumbrar por los resplandores de las glorias
del pasado; yo les aseguro a ustedes que si cumplimos con nuestro deber,
nuestros nietos nos van a honrar, como nosotros honramos a los hombres que
hicieron la organización nacional. Vamos a salir de todo esto, y lo vamos a
hacer entre todos, porque vamos a cumplir nosotros, nos toca a nosotros, así lo
ha querido la historia, nos toca a nosotros en este Instante histórico
fundamental, dar la respuesta que signifique ponerle una bisagra a este tiempo
argentino. Vamos hacia el nuevo rumbo, con la nueva marcha, con la nueva
lealtad, hacia el futuro los argentinos.
Una marcha presidida por un profundo sentido moral, por un profundo
sentido patriótico, para concretar nada más y nada menos que los objetivos del
Preámbulo de la Constitución Nacional de los Argentinos, que yo les pido a
todos que lo vayamos repitiendo como sí fuera un compromiso al mismo tiempo que
un rezo laico y una oración patriótica que ya empezamos a cantar, porque esto
significa que vamos dejando atrás la decadencia argentina.
Estamos en una marcha nueva para constituir la unión nacional, afianzar
la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover
al bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros,
para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar
el suelo argentino.
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