La Unión Cívica Radical es el partido nacional que hunde sus raíces en
el nacimiento de la Patria misma: no es posible narrar la historia argentina
sin hacer mención al Radicalismo, ya que en sus más 120 años de vida ha sido un
protagonista decisivo de la vida nacional.
Como partido político fue fundado el 26 de junio de 1891 por Leandro
Alem, siendo uno de los más antiguos en vigencia en Latinoamérica y el primer
partido político moderno del país. Gobernó en ocho ocasiones la república, en
oportunidad de las presidencias de Hipólito Yrigoyen (en dos ocasiones),
Marcelo Torcuato de Alvear, Arturo Illia, Arturo Frondizi, Raúl Alfonsín y
Fernando de la Rúa. También tuvieron origen radical los presidentes Roberto
Marcelino Ortiz y José María Guido.
Orígenes
Con la llegada al poder de Juárez Celman en el año 1886, se confirma la
vigencia de un sistema político basado en el fraude y la exclusión de las
grandes mayorías de la participación y la representación política. En ese
contexto, hacia fines de esa misma década, y ante la crisis económica que
atraviesa el país y la falta de una alternativa política al “unicato”, un grupo
de jóvenes comenzará a organizar un nuevo espacio político, a partir de la
redacción de un documento, en el cual, dejan en claro que ha llegado la
"Hora de la Juventud". Estos jóvenes se comprometen a luchar por la
vigencia de la autonomía municipal, la transparencia en los manejos públicos y
los derechos políticos de las grandes mayorías, convocando a un mitin en el
"Jardín Florida", el cual tendrá lugar en la ciudad de Buenos Aires
el 1 de septiembre de 1889. Ante la asistencia de unas 3.000 personas se
renueva el fervor patriótico y la necesidad de retornar a los valores éticos. A
esa demostración cívica asiste como invitado especial Leandro Alem, quien se
convierte en el líder natural del emergente movimiento, y en esa misma jornada
política quedará conformada la “Unión Cívica de la Juventud”.
En ese mismo año 1889 tendrá lugar un nuevo mitin político, esta vez en
el "Frontón de la Cancha de Pelota", de la ciudad de Buenos Aires, y
a esa nueva convocatoria concurre el doble de personas que al acto anterior. En
esta oportunidad vuelve a hacer uso de la palabra Leandro Alem, y también habla
Bartolomé Mitre. Finalizado el acto, se realiza una marcha por las calles de la
ciudad y se reafirman los principios democráticos, integrándose además gente
mayor a esta nueva agrupación política. Es el nacimiento de la "Unión
Cívica", cuya primera tarea será la conformación de esta nueva herramienta
política en el interior del país. Pero si algo no querían hacer Juárez Celman,
Roca y Pellegrini era ceder a los pedidos de los cívicos. En consecuencia
Leandro Alem afirma que ha llegado el momento utilizar la “vía revolucionaria”
con el fin de terminar con este régimen que oprime a todos. Comienza a
prepararse entonces esta Revolución y ante esta decisión empiezan a producirse
las primeras diferencias dentro de la Unión Cívica, Alem con sus seguidores
entusiastas: Del Valle, Bernardo de Irigoyen e Hipólito Yrigoyen avalan esta
idea de tomar el poder por las armas, con el fin de devolvérselo al pueblo.
Pero Mitre no tiene ningún interés en participar de esta estrategia, porque en
definitiva lo que quiere es volver a ser presidente de la República y no
cambiar el estado de las cosas. Se marcha a Europa, pero deja a sus hombres
dentro del movimiento revolucionario, los cuales se encargarán de traicionar la
“Revolución del 90”.
Cuando Mitre retorna al país, en vez de reunirse con Alem para evaluar
los hechos políticos que habían tenido lugar en su ausencia directamente se
reúne con Roca y Pellegrini, con quiénes ya había formalizado acuerdos antes de
marcharse. La Unión Cívica entra entonces en una fase crisis donde el desenlace
es eminente, no tiene más razón de ser y se produce la lógica división.
Leandro Alem convoca entonces al Comité Nacional, el cual presidía.
Dicha reunión tuvo el 26 de junio de 1891 en la calle Cangallo 536 y entre los
presentes se encontraban Martín Yrigoyen, del Valle, Hipólito Yrigoyen, Marcelo
T de Alvear, Barroetaveña, quienes junto a un nutrido grupo de dirigentes y
afiliados ratificarán la línea principista y serán los gestores del nacimiento
de un nuevo partido político, aunque debía realizarse la creación formal en la
reunión de la Convención, convocada para el 2 de julio.
El Comité Nacional hizo público un manifiesto que había sido redactado
este histórico día denominado “A los pueblos de la República”, donde se hace
mención a la separación de los acuerdistas. Así nace la Unión Cívica Radical,
cuyos postulados básicos los encontraremos en sus primeros documento: queda muy
en claro que el Radicalismo es un partido político que luchará por lograr
establecer los derechos políticos de las grandes mayorías excluidas de la
participación política, y que enarbola las banderas de "La causa de los
desposeídos" de Leandro Alem y la idea de "La reparación" de
Hipólito Yrigoyen, adoptando dos principios que marcaran su lucha por la
consecución del sufragio libre: la abstención y la revolución.
Principios y aportes
La Unión Cívica Radical se ha caracterizado por su ideología de
inspiración igualitarista, habiendo desempeñado un papel decisivo para la
conquista del sufragio universal y secreto masculino. Fue también el primer partido
político argentino en presentar un proyecto de ley de voto femenino en 1919,
que finalmente no prosperó dada la mayoría conservadora en el congreso. En
1927, en la provincia de San Juan (gobernada por el radicalismo bloquista) se
aprobó el sufragio femenino, luego dejado sin efecto por el gobierno
conservador.
Caracterizada por defender los derechos sociales y buscar el desarrollo
y la dignidad humana en todas las etapas de la historia argentina, la UCR fue
la creadora del descanso dominical y la jornada laboral de ocho horas, e
ideóloga del Artículo 14 bis de la Constitución Nacional, redactado por el
entonces presidente del Comité Nacional, Crisólogo Larralde, el cual incluye el
derecho a huelga que no estaba incluido en la constitución peronista de 1949.
Se caracterizó también por haber impulsado la instalación de la
democracia liberal en el país, y por ser un partido ampliamente representativo
de las clases medias argentinas durante la mayor parte del siglo XX. Su origen
se remonta a la representación de las clases bajas inmigrantes y descendientes
de inmigrantes, a quienes Leandro Alem denominaba "compañeros
desposeídos", para reunir hoy en sus filas a todos ciudadanos que
continúan con la lucha diaria por lograr la consolidación definitiva en nuestro
país y para el beneficio de todos sus habitantes, de los valores republicanos,
la libertad y la igualdad.
Uno de sus logros más importantes es la implementación de la reforma
universitaria en el año 1918 a través del entonces presidente Hipólito Yrigoyen,
asignando de esta manera un sistema de co-gobierno de las universidades
públicas mediante estudiantes, graduados y docentes; la implementación de cargos por concurso y la
universidad gratuita y laica, expulsando de esta manera la educación religiosa de
las universidades públicas. A su vez es el partido que mayor presupuesto asignó
a la educación en la historia, siendo el 24 % del PBI durante el gobierno de
Arturo Illia, es también el partido impulsor del uso de guardapolvos en los
colegios públicos, ley sancionada durante el gobierno de Yrigoyen. Desde el año
1973 conduce de forma ininterrumpida la Federación Universitaria Argentina
mediante su brazo estudiantil, la Franja Morada.
Otros temas altamente significativos para el país fueron instaurados
por diferentes gobiernos radicales, otros fueron arduamente trabajados desde la
oposición, y han sido y seguirán siendo nuestras banderas: nacionalización de
los recursos energéticos, producción social de medicamentos, fortalecimiento de
la educación pública, explotación racional de la tierra y acceso a la vivienda,
integración con los países de la región, entre otros.
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