En otros países hay hambre porque no hay alimentos. Aquí hay hambre
porque hay Inmoralidad; aquí porque hemos sometido al trabajador argentino a la
Injusticia más irritante que puede sufrir un hombre; al padre argentino a la
humillación más grande que puede sufrir: trabajar los 30 días del mes y no
alcanzar a ganar lo necesario para llevar el pan a su mesa los 30 días del mes.
Se acabó! Vamos a utilizar todos los resortes de la administración del Estado.
Tendrá prioridad fundamental la mujer embarazada y el lactante, los niños
menores de Carlos y los; escolares. Vamos a utilizar los centros maternos
infantiles, las guarderías, los comedores escolares; vamos a trabajar con los
gobiernos de provincia y con las administraciones municipales. Vamos a reclamar
el esfuerzo de las organizaciones intermedias y de los sindicatos.
Pero se acaba la inmoralidad del hambre en la República Argentina.
Vamos a atacar de entrada la desocupación, que en buena medida es causante
fundamental de este desastre social que padecemos. Se nos había querido hacer
creer a los argentinos que produciendo una transferencia de Ingresos del sector
del trabajo ,al sector del capital, se Iba a lograr un aumento de la inversión
y con ello el crecimiento de la economía. Absurdo! Porque cuando no hay poder
de compra en el pueblo no hay alicientes alguno para la inversión. Nosotros
vamos a actuar exactamente al revés. Vamos a aumentar el poder de compra del
pueblo, esto aumentará la demanda efectiva, el aumento de la demanda generará
la necesidad de aumentar la producción, y para aumentar la producción habrá que
tomar nuevos empleados y así vamos a poner en marcha el aparato productivo de
la Nación. Pero hay una sola forma, de lograr de entrada un aumento en serio
del poder de compra que significa un aumento, no del salarlo nominal, que al
día siguiente es absorbido por el aumento de precios. Hay una sola forma de
aumentar el salario real, que es terminar con el actual sistema financiero. Se
acaba la usura oficializada en la Argentina. Se acaba la patria financiera! El
Banco Central decidirá las tasas de interés, orientará el crédito, determinará
líneas de redescuento y créditos preferenciales, pero se acabó con la usura en
el país. Que una de las consecuencias más inmorales de esta política económica
absurda e Inmoral es que el conjunto de las empresas nacionales paga más en
gastos de financiamiento que lo que paga en salarlos, incluido las cargas
sociales.
La inmoralidad, entonces, es tener que pagar más en intereses, que en
el sudor del trabajo argentino. Si bajarnos de manera sustancial los intereses,
habrá un ahorro para la empresa, que podrá instalarse a los salarios, sin que
esto signifique un aumento de los costos, sino al contrario, la posibilidad de
que disminuyan porque al haber más poder de compra va a haber posibilidad de
producir más y bajarán los costos unitarios. Es decir, arrancamos de esta forma
con un aumento en serio del salario y después debemos protegerlo; hasta ahora
habíamos indexado toda la economía, menos el salario; ahora vamos a desindexar
la economía y vamos a indexar el salario de los argentinos.
No era cierto que aquí se había aplicado una economía de mercado;
Mentiras! se ha aplicado un fascismo de mercado, porque solamente podía
llevarse adelante sobre la base de una tremenda represión volcada sobre los
sectores populares.
Vamos a invertir absolutamente la tendencia. Vamos a invertir la
tendencia, simplemente por sensibilidad social. Lo decimos porque durante
nuestro gobierno lo hemos practicado. En su momento, le preguntamos al
trabajador argentino, cuánto necesitaba para alimentar a su familia, cuánto
para resguardar su salud, cuanto para educar a sus hijos, cuánto, en fin, para
una vida digna y decorosa, y eso fue el salario vital, mínimo y móvil, y desde
ese salario construimos todo el andamiaje de la economía argentina, porque
queríamos una economía al servicio del hombre, y no el hombre al servicio de la
economía. Vamos a hacerlo así, y de esta forma vamos a ir protegiéndolo de la
inflación, y mes tras mes procuraremos ir aumentando el salario real.
Yo sería un demagogo absurdo esta noche, amigos de Buenos Aires, si les
dijera que de la noche a la mañana vamos a resolver, todos los problemas. No,
no es así! Vamos a poder poner de entrada en el bolsillo del trabajador todo lo
que desearíamos, no vamos a solucionar todo de la noche a la mañana, pero yo
les aseguro de la noche a la mañana, termina la injusticia, termina la
inmoralidad, termina la corrupción! Termina la Argentina del desamparo y vamos
a vivir todos en la Argentina honesta que quiere su gente, en la Argentina
honrada del trabajo, que vaya sepultando como una pesadilla todo este período
trágico del reinado de la especulación en el país. Y vamos a trabajar entonces
para que el trabajador de nuestro país tenga otro tipo... para que el trabajador
argentino tenga una remuneración no monetario, y esto se llama mejor asignación
de los recursos, esto se llama mejor asignación de los gastos presupuestarios y
fundamentalmente los referidos a la educación y a la salud pública. En la época
de Yrigoyen, hace más de 50 años, la Argentina destinaba a educación el 25% de
su presupuesto total, y en aquel tiempo, escúchenlo bien, que no me equivoco,
el presupuesto de la educación apenas alcanza al 8%. El presupuesto de salud
pública está en el 2,2%, y el presupuesto de las FFAA supera el 30%. Vamos a
volver a los presupuestos que tenía la educación, porque aquí estamos
prefigurando una argentina antidemocrática, jerarquizada, porque tengan la
seguridad, amigos de Buenos Aires, si no encontramos hoy igualdad en los
educandos, será imposible encontrar mañana a los ciudadanos de la democracia.
Y vamos a volver a los presupuestos de educación que existieron durante
nuestro gobierno en primer lugar por una obligación moral, porque la
justificación filosófica de la democracia pluralista está dada por los
esfuerzos que realice para concretar la igualdad de oportunidades, de modo de
brindarle al niño que ha nacido en el más pobre de los hogares todas las
posibilidades de acceso a los distintos niveles de educación, y de cultura. En
segundo lugar, porque es la educación la mejor inversión para el desarrollo, y
además también porque es la educación la mejor inversión para la defensa
nacional, porque un pueblo educado defiende mejor su soberanía y sus Intereses
y sus fronteras, y por eso podemos afirmar que para nosotros es infinitivamente
más Importante para la defensa nacional la enseñanza militar obligatoria que el
servicio militar obligatorio.
Pero no podemos tampoco esperar al resultado, a que los cambios de la
política económica comiencen a producir sus consecuencias en el campo de la
desocupación; es absolutamente necesario tornar medidas puntuales con el
propósito de combatirla desde el primer día. Saben que aquí hay un déficit de
viviendas: al rededor de 2 millones de familias argentinas viven en viviendas
deficitarias de las cuales por lo menos un millón viven en viviendas
absolutamente deficitarias.
Este es un grave daño, es un verdadero flagelo que debemos combatir; y
tiene desde luego su entidad propia, pero también la respuesta que a él debemos
dar, tiene un eco en la coyuntura, que es secundario pero que es fundamental.
Cada 100.000 viviendas económicas que nosotros construyamos, darán trabajo a
300.000 obreros directamente en la obra, o en los industrias que se ponen en
marcha, y desde ya, anticipamos que de entrada nomás vamos a utilizar todos los
fondos disponibles del FONAVI con el propósito de otorgar créditos que estarán
vinculados a las posibilidades del jefe del hogar, estarán en el nivel
aproximado del 15% del ingreso del jefe de la familia. Terminaremos con la 1050
en la Nación. Si ese 15% alcanza para cubrir la cuota de capital e intereses,
perfecto, y si se salda la deuda antes, mejor. Pero así no alcanza, y a los 25
años del crédito hipotecario, continúa endeudado el trabajador, el Estado
saldará la deuda, porque quiero decir que la sociedad lo ha explotado si no ha
podido tener su vivienda económica a través de toda una vida de trabajo.
Pero debemos asentar estas respuestas a requerimientos claros y categóricos
de la justicia social, no sobre la base del voluntarismo. Es necesario edificar
esta respuesta en un aumento de la productividad de la economía argentina.
Por esto, y porque tenemos una deuda fabulosa que hemos contraído y
somos el único país de la tierra, que hemos contraído en vez de para
capitalizarnos, para destruirnos. Hemos importado manufacturas que producíamos,
hemos cerrado las fábricas, hemos hecho cundir la desocupación, y al mismo
tiempo nos endeudamos. Hemos permitido que salieran transferencias al exterior
de quienes especulaban. Han venido acá capitales golondrinas, a cobrar
intereses que no se han cobrado nunca en moneda fuerte en ningún país de la
tierra y en ninguna época de la historia. Por eso será bueno que en ese tiempo
en el que nosotros nos disponemos a iniciar una marcha grande entre todos para
recuperar nuestros derechos y libertades, comencemos pegando un grito fuerte
capaz de sentirse en todos los rincones de la tierra, para que todos los
pueblos del mundo sepan que aquí en Argentina nos hemos empinado sobre nuestra
responsabilidad y jamás en el futuro, nunca más en adelante permitiremos que
nadie nos robe ni de adentro ni de afuera.
Es por eso que le decimos a esto que es el resultado de la
manifestación más grosera del Imperialismo que no hemos de pagar a la
plutocracia de ningún país de la tierra intereses usuarios, que no vamos a
pasar la deuda sobre el hambre de nuestro pueblo y que no vamos a aceptar las
recetas recesivas del FMI, al estilo de lo que quieren los países de la
Trilateral. Vamos a pagar la deuda en la medida de nuestras exportaciones, y es
por eso que vamos a reclamar la solidaridad de todas las democracias del mundo,
para que se comprenda que quienes fueron temerarios con la dictadura al
emprender una política que significó sembrar créditos al voleo y a cualquier
interés, no podrán exigir a la democracia, frente a la necesidad de aumentar su
crecimiento de la economía, frente a la necesidad de dar satisfacción a
requerimientos elementales del pueblo; no podrán exigir que se paguen intereses
como ahora, en estos contratos de refinanciación de la deuda de A.A. de más del
10% de la inflación. Vamos a aumentar la producción y en todas las actividades.
Queremos establecer un compromiso en negro sobre blanco con los productores
argentinos, con el propósito de que todo el mundo realice el esfuerzo necesario
para que el país arranque.
Necesitamos un aumento sustancial de la producción industrial y ustedes
se preguntarán cómo si no vamos a tener la posibilidad del uso de divisas para
la importación de bienes de capital. Es cierto. Pero una de las consecuencias
también de esta política inmoral ha sido que en estos momentos nosotros
tengamos aproximadamente un 50% de la maquinaria industrial sin utilizar; 50%
de utilaje ocioso y corno vamos a modificar el sis tema financiero, vamos a ir
con el gerente de Banco al lado ante cada cortina metálica que esté baja para
ver cuál es el capital del trabajo necesario y vamos a levantar decenas de día
y miles de obreros trabajarán de nuevo por día en la Argentina. Va a haber un
correcto sistema arancelario, que va a proteger al industrial de las ventajas
comparativas de otros países.
Vamos a suplir las fallas estructurales de la economía argentina, que a
veces producen aumentos de costos sin que medie para nada la negligencia del
productor. Vamos a cambiar el sistema tributario de modo de alentar la
reinversión, porque dejará de basarse sobre los consumos populares y buscaremos
que fundamentalmente se aplique sobre los consumos suntuarios y las rentas no
invertidas. Va a haber reglas de juego claro con sentido de permanencia en el
tiempo, para que el capital de riesgo sepa realmente a qué atenerse; y
encontraremos entre todos la manera de definir un régimen de promoción
Industrial que sea accesible a la pequeña y a la mediana industria
fundamentalmente de agroquímicos y de fertilizantes.
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