El Banco Central denunció ante la Justicia que detectó irregularidades
en la impresión de billetes de 100 pesos. Descubrió que algunos ejemplares
estaban impresos en un papel moneda que, si bien era legítimo, no debería haber
sido utilizado aún para esas impresiones, de acuerdo con el cronograma
establecido para la utilización de ese insumo.
La denuncia del Banco Central ingresó por una comisaría y recayó por
una cuestión de turno en el juzgado federal de Norberto Oyarbide. El
magistrado, de acuerdo con una normativa de la Cámara de Casación que busca
evitar que los denunciantes digiten a dedo el juzgado en el que recaerá su causa,
envió la denuncia a la Cámara Federal para que se designe por sorteo quién
tendrá a cargo la investigación.
Fuentes judiciales confirmaron la existencia de la denuncia y
precisaron que se pudo determinar que el papel utilizado en la impresión de los
billetes era verdadero, pero aparentemente tenía diferencias en los cortes con
los billetes que están en circulación.
Descubrieron que esos billetes habían sido impresos con pliegos de
papel que debían haber sido utilizados más adelante, no en este momento,
explicaron las fuentes consultadas. “No estaba autorizada la utilización de
esos pliegos de papel en este momento”, abundaron las fuentes.
Cuando se verificó la calidad del papel, los expertos del Banco Central
advirtieron que era verdadero, pero los cortes no tenían la dirección correcta.
Con esos elementos se presentaron ante la Justicia. Las fuentes
advirtieron que los billetes son legítimos y de curso legal, aunque detectaron
una irregularidad en el proceso de impresión.
Los informantes no pudieron precisar si estos billetes se imprimieron
en la Casa de la Moneda o en los talleres de Ciccone Calcográfica, expropiada
por el Estado tras el escándalo judicial que involucra la vicepresidente Amado
Boudou.
En esa causa, Boudou está siendo investigado para determinar si se
interesó en la quiebra de la imprenta para facilitar que la gestionaran
supuestos allegados suyos.
La firma operó en manos de estos empresarios hasta que se conoció la
investigación judicial y para acallar sus ecos el Gobierno la expropió, y
actualmente está afectada a la impresión de documentación de seguridad oficial,
como títulos públicos, bonos y billetes. Nadie cobró el dinero por la
expropiación de la firma.
Una posibilidad, especularon proveedores de la industria gráfica, es
que por la gran demanda de billetes se hubiera adelantado el proceso de
impresión previsto y se hubiera utilizado materia prima que estaba destinada
para impresiones posteriores.
Otra opción es que se hubieran sacado esos pliegos de papel del
cronograma previsto y se hubiera impreso papel moneda por fuera de los
controles establecidos y que esos billetes hubieran sido puestos en
circulación.
Una primera versión, desestimada luego por fuentes tribunalicias,
mencionaba la posibilidad de que se hubieran puesto en circulación billetes
mellizos, es decir auténticos, pero con la misma numeración, lo que fue
desestimado por fuentes que tuvieron acceso a la denuncia.
No es la primera vez que hay inconvenientes con la impresión de
billetes: ya pasó que hubo billetes con manchas de tinta y otros con problemas
de tamaño.
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