EL NEGOCIADO MÁS COLOSAL DE LA HISTORIA ARGENTINA
Por eso la concepción ideológica es lo menos importante, pues, en ambos
procesos -estatización y privatización- subyacía la preeminencia del negociado
y es ésta: la ideología de la corrupción, la matriz de un modelo que pretende
perpetuarse, siempre acompañando al peronismo en el poder.
El esquema es simple, elemental. Cuando Perón llega al poder las
empresas de servicios públicos estaban en manos privadas. Perón las estatizó
pagando 3 lo que valía 1. Alguien repartió la diferencia que pagamos los
argentinos.
Cuando Menem llega al poder las empresas públicas estaban en manos del
Estado. Menem las privatizó vendiendo a 1 lo que valía 3. Alguien se quedó con
la diferencia que volvimos a pagar los argentinos…” (La Époka – expansión del
Modelo Santa Cruz – Ed. Del Golfo – Pág. 375)
Negociados cuando se privatiza, negociados cuando se estatiza… siempre
negociados.
Los argentinos estamos siendo testigos de lo que se exhibe como una
campaña en contra de la petrolera privada REPSOL YPF. Súbitamente –desde las
esferas de poder- se han endemoniado con esta empresa y por cierto que si hay
una compañía a la que no le cabe un demonio más, es ésta y por lo cual todas
las descalificaciones son merecidas y las refrendo. Hoy REPSOL YPF huele a
podrido por todos sus costados.
Lo que sorprende es el imprevisto cambio de actitud oficial hacia una
empresa tan aliada a los Kirchner hasta el extremo que los Kirchner forman
parte. Todos sabemos que en alguna recóndita escribanía se atesoran los
testimonios que dan fe de la sociedad de los Kirchner con los Lázaro Báez, con
los Cristóbal López, con los Eskenazi –éstos últimos- copropietarios de REPSOL–
YPF. Suena paradójico, entonces, que los Kirchner renieguen contra los
Kirchner.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
¿Arrepentimiento? ¿Acaso una
repentina crisis de honestidad? No. Pedirle virtud a los Kirchner es como
cosechar sandías en La Antártida. Evidentemente hay otra cosa y esa “otra cosa”
no debe ser otra cosa que un negociado… como el de Aerolíneas, como el de
Ferrocarriles, como el de la Megausina de Carbón de Turbio, como los fondos a
Madres de Plaza de Mayo, como la fabricación de billetes… en fin: como todo. No
hay otra manera de explicar la ofensiva… senadores, diputados, gobernadores,
ministros… hasta el mismo Amadísimo Boudou dejó por un momento de fabricar
billetes de 100 para “atender” a REPSOL - YPF.
No cabe otra, amigos: el Kircnerismo está gestando la Estatización de
YPF.
El primer cuestionamiento a esta conclusión es obvio: - Chaza… ¿Tomaste
pintura? ¿Por qué han de querer estatizar una empresa petrolera, que produce
formidables dividendos y –para colmo- resultan copropietarios? Estás delirando,
Chaza. Nadie puede pensar desprende de una compañía petrolera y mucho menos los
K que son compradores compulsivos de todo buen negocio que ande dando vueltas.
Esto –por lo lógico- también es cierto. Y es que para dejar los
beneficios de un gran negociado solo se precisa un negociado mayor. Las
ganancias de REPSOL YPF, sin dudas, son extraordinarias. YPF, la petrolera
argentina, aporta gran parte de los beneficios para los españoles de Repsol. En
los primeros nueve meses del año 2011, sus negocios aportaron al grupo hispano
el 58% de su ganancia global, que llegó a 1.901 millones de euros y permitió
equilibrar la caída que sufrió en otras regiones. Ganancias netas y
formidables; es cierto… ¿a quién se le puede ocurrir desprenderse de este
negocio?
A los Kirchner y explico las razones.
La fabulosa renta de REPSOL YPF descansa sobre varios factores. Uno de
ellos se relaciona que se hicieron cargo de yacimientos en explotación cuyos
costos fueron realizados por el estado Argentino, a través de la gloriosa
historia de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, creada en los 30 por el General
Enrique Mosconi que en la Presidencia de Hipólito Yrigoyen proclamaba que
“entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera”. Otro de los
factores que consolidan esta renta tiene que ver con el atraso en los haberes
de sus operarios que perciben sueldos sensiblemente menores a los que pagan las
otras operadoras petroleras. Pero el aporte más significativo a la bolsa de
ganancias lo otorga el hecho que REPSOL YPF no está invirtiendo un solo peso en
la estratégica tarea de exploración para abrir nuevos yacimientos, como tampoco
en la reparación de los daños ambientales.
Este esquema empresarial es lo más parecido a la “Plata Dulce” que se
pueda ostentar. Un brutal negociado llevado a cabo en la Presidencia de Menem
acompañada entusiastamente por el Gobernador Néstor Kirchner y prorrogada por
el Gobierno Nacional del Kirchnerismo.
Un simple ejercicio de memoria, ¿recordamos sucintamente como fue la
privatización de Y.P.F en los repudiados 90 menemistas?
El entonces gobernador Kirchner desde la presidencia de la OFHEPI junto
al ministro estrella de Carlos Menem –Domingo Felipe Cavallo- diseñaron la Ley
de Privatización de YPF a cambio que el Gobierno Nacional reconozca su deuda
con los Estados productores por regalías mal liquidadas. Una eufórica Diputada
Provincial Cristina Fernández de Kirchner presentaba entonces un proyecto de
resolución para que la Legislatura Provincial obligara a los legisladores
nacionales a aprobar la Ley de Privatización de YPF que se discutía en el
Congreso. La Ley finalmente se aprobó y el gobierno provincial de Néstor
Kirchner cobró más de 600 Millones de dólares (Fondos santacruceños) que en
operaciones financieras se convirtieron en 1050 y con intereses en más de 1.200
y se fueron del país con pasaje de ida, únicamente. (A la Reserva Federal de
los Estados Unidos, según la mentira del propio Néstor Kirchner, primero
gobernador y después Presidente de los argentinos)
Estos recursos sirvieron a la postre como garantía para que Eskenazi
(Kirchner) adquiriera un porcentaje significativo de REPSOL YPF, sin poner un
solo peso.
Volviendo al eje de este comentario, lo único que tuvo que hacer REPSOL
es hacerse cargo de más de medio siglo de inversión estatal. Es cosechar sobre
la siembra de otros. La privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales fue
–simplemente- una ignominia, un saqueo legalizado, una infame entrega del
patrimonio nacional.
Sintetizando: Así cualquiera. Cualquiera puede llenarse de plata en un
negocio como este.
Ahora se vienen tiempos distintos.
Para sostener la producción histórica es indispensable abrir nuevos
yacimientos, para lo cual hay que invertir en explotación. La explotación es
una inversión a largo plazo, pero que hay que pagarla ahora. Por ello es una
inversión costosa.
También hay que sincerar los ingresos de los operarios para acomodarlos
–mínimamente- a los sueldos de las demás petroleras, cuestión que no puede
postergarse más pues hay un conflicto latente a punto de estallar. También aquí
se presentan gastos que hasta ahora engrosaban el cuadro de ganancias.
Por último, es imprescindible empezar a sostener los costos por la
remediación ambiental que –dada las actividades que circundan la actividad
petrolera- es enorme y costosa.
Son estas tres anexiones impostergables: Exploración, aumento salarial
y remediación ambiental los que provocarán, a corto plazo, que las ganancias de
REPSOL YPF se vean menguadas notoriamente para pasar de ser un negociado de
dividendos fabulosos a ser un negocio de ganancias…razonables. Y no es
necesario ser un genio para inferir que un negocio de rentabilidad razonable no
es ningún negocio para la familia presidencial. Los Kirchner jamás van a poner
una verdulería.
Es por ello que se ha iniciado el proceso de degradación que concluirá
en la Estatización de YPF. En primer lugar porque la compra estatal de una
empresa privada (como la venta de una empresa pública) abre las puertas al
accionar de los embaucadores que ganan siempre, o privatizando, o estatizando.
En estas operaciones un punto más o un punto menos son cientos de millones de
dólares que invariablemente termina pagando el fisco, o mejor dicho el Estado…
Bah! todos los argentinos.
Es la hora que el péndulo vuelva al Estado y se pagará por recuperar
YPF mucho más de lo que YPF vale y, entre la compra del porcentaje de REPSOL
YPF que los Eskenazi (Kirchner) compraron y el de venta se habrá consumado –sin
exagerar- el negociado más escandaloso de la historia argentina.
Este es el gran negociado con el que soñaba Néstor Kirchner. Fabuloso,
propio, íntimo, familiar y -como si esto fuera poco- con enormes réditos
políticos, pues la re estatización de Y.P.F tuvo muy buena prensa, contando con
la adhesión de los partidos políticos populares y la simpatía de amplias
franjas de la sociedad argentina, entre los cuales me incluyo, claro.
Esta –precisamente- es una de las razones de la mudanza de Máximo
Kirchner a Buenos Aires. Los reflejos de Julio De Vido ya no son los de antes,
el exceso de impunidad oyarbideana lo ha cebado y –temen- que se le escape la
tortuga o se le vaya la mano con la porción que le toca en el reparto.
Se vino Y.P.F. para consumar el negociado más colosal del que se tenga
memoria en la historia argentina.
Se vino Y.P.F. para abrir una veta más en esa Agencia de Colocaciones
de funcionarios paupérrimos que se hace llamar “La Cámpora”.
Se vino Y.P.F. para que nuevamente sea el Estado que financie las
tareas de exploración para descubrir nuevos yacimientos.
Se vino Y.P.F. para asumir los costos del aumento salarial.
Se vino Y.P.F para solventar la remediación ambiental.
Es posible que pasado el tiempo de esta enorme inversión del pueblo
argentino vuelvan los intereses que empujen el péndulo de la historia hacia la
privatización. Se reiterarán entonces los tiempos en que volvamos a escuchar
los cantos de sirena de la desnacionalización que (ya sin Neustad) una vez más
nos dirán que Y.P.F. es inoperante, inútil y deficitaria. Será entonces los
tiempos de un nuevo meganegociado pues, venderemos Y.P.F a un tercio de su
valor y con yacimientos listos para explotar.
Mientras tanto nunca nos olvidemos que Los Kirchner fueron los primeros
que cobraron cuando YPF se privatizó (Fondos Santacruceños) y que van a ser los
Kirchner los primeros que pasen por ventanilla (Eskenazi) cuando se re
estatice. Negociados de ida; negociados de vuelta… el péndulo siniestramente perfecto
que invariablemente ha acompañado al peronismo en el poder. La historia no
puede distorsionarse por fanatismos circunstanciales… o más tarde o más
temprano la verdad histórica termina imponiéndose a los farsantes.
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