A cualquiera puede pasar. Aquí van unas pautas mínimas sobre cómo
actuar
Los casos de delitos con toma de rehenes han aumentado en forma
alarmante en toda la región, incluyendo a países en los que este delito era
prácticamente desconocido. Por ello incluso existen cursos especiales de
"Como aprender a ser rehén", y el gran problema es que si bien pueden
estar más expuestas las personas adineradas o con un alto grado de exposición
social, esta situación le puede pasar a cualquiera.
¿Porqué se toman rehenes?
La toma de rehenes puede deberse a varias circunstancias. Un grupo
político puede tomar rehenes para intentar conseguir sus objetivos, o un grupo
de ladrones puede tomar como rehenes a los clientes en una sucursal bancaria
cuando el asalto fracasó y se ven rodeados por fuerzas policiales... sea como
sea, esto no cambia la esencia del problema.
Fases de la crisis
De un modo u otro, las crisis de rehenes tienen tres fases o momentos:
LA TOMA: Es un momento muy peligroso para la víctima. El delincuente
está dominado por un muy alto grado de ansiedad.
EL CAUTIVERIO: Es la etapa menos peligrosa para la víctima
EL RESCATE: Es un momento crítico, por las actitudes que pueden asumir
captores y rehenes ante la irrupción de los grupos policiales o la entrega del
o los delincuentes.
Consejos prácticos en caso de ser víctima
1. Mantener la calma.
La pérdida de control por el rehén genera violencia en el captor, que
puede golpear al rehén o incluso asesinarlo.
2. No contradecir al delincuente.
Obedecer sus indicaciones y no estimular su ansiedad.
3. No establecer vínculos con el captor.
No dialogar con él (que puede ser muy joven, ser una mujer, etcétera.);
no entablar trato personal, familiarizarse ni establecer ninguna clase de vínculos.
Recuerde que el captor está dispuesta a matar, y la vida del rehén está
en serio peligro en todo momento.
No se trata de "personas maltratadas por la vida, pero buenos en
el fondo".
Pueden ser asesinos... Y quizás ya lo han sido.
4. No intervenir en la negociación.
No intentar negociar por su cuenta, ni intervenir en la negociación.
Los negociadores de la policía o el gobierno son profesionales, y están
preparados para estas situaciones.
5. Confiar en la policía.
Las policías tienen profesionales entrenados que saben qué hacer.
6. Durante la entrega, o la irrupción de los grupos tácticos
policiales:
Mantener las manos en alto, sin sostener nada en ellas, con las palmas
hacia delante y los dedos bien abiertos y separados. Si ingresan grupos especiales
a rescatar a los rehenes, demostrar claramente que no se es una amenaza y no se
tienen armas o elementos contundentes en la mano.
Es importante que el rehén comprenda que no debe negociar por sí mismo,
y debe evitar toda familiaridad con sus captores.
EL REHÉN ESTÁ EN SERIO PELIGRO EN TODO MOMENTO.
Para superar con éxito una situación tan difícil, hay que confiar en el
trabajo de los profesionales debidamente adiestrados.
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