Cantera Popular

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lunes, 4 de febrero de 2013

RAÚL ALFONSÍN: "DISCURSO EN LA CANCHA DE FERROCARRIL OESTE" (30 DE SEPTIEMBRE DE 1983) PARTE III



Habrá una planta de fertilizantes nitrogenados, utilizando el gas que estamos venteando; y en cuanto a los fosfatos, utilizaremos a las cooperativas para los convenios de trueque que deberá realizar con los países del Este y de Europa, además de la utilización más modesta de Zapla de tierras grandes. Vamos a lograr que la Junta Nacional de Granos y la Junta Nacional de Carnes estén preparadas para intervenir en el Comercio Exterior, no para monopolizarlo, pero sí para que sean testigos en el comercio exterior del productor y para que la Argentina no pierda buenos negocios, como ha perdido por fanatismo ideológico, porque no se quiso comerciar de gobierno a gobierno. Y a veces no sabemos ahora cuanto nos pagan en realidad, porque apareció un empresario Inteligente que no sabemos con lo que se queda en el camino.
Hay muchos países que quieren negociar de gobierno a gobierno, no sólo los socialistas; en África, en Asia y en América Latina, y tendremos que buscar también la manera de cambiar el tema tributario, de modo de premiar al buen productor y castigar mal productor. Y en todos los casos, detrás de este esfuerzo del productor industrial y del productor agropecuario estará un sistema financiero distinto, con posibilidades de crédito que sean accesibles a la producción, de acuerdo a la rentabilidad de cada uno, porque queremos al industrial en el torno, trabajando para el país y al productor agropecuario en el campo y en el surco elaborando la grandeza de la patria, y no corriendo detrás de los gerentes de Banco para cada vencimiento. Pero no termina ahí todo. Se hace necesario lograr una política agresiva en el comercio exterior. Estamos ante un mundo que sufre una recesión aguda un mundo que no ha crecido el año pasado, que seguramente no crezca este año. Cada uno de los países levanta barreras proteccionistas. Todos están sufriendo de este gobierno de ultraderecha de los EE.UU, la puesta en marcha de una política financiera que en definitiva privilegia a las finanzas en detrimento de la producción. De modo que es difícil y tenemos que lograrlo.
Hay que diversificar los mercados y habrá que colocar no solamente nuestras materias primas, sino además nuestros productos manufacturados. Y para ello, nada mejor que aprender a trabajar en común con nuestros hermanos de América Latina. Nosotros somos discriminados y aún agredidos en nuestro comercio exterior por el norte, tanto por los EE.UU como por el mercado económico europeo. Estamos realmente sufriendo procesos permanentes de deterioro de los términos del intercambio; cada vez nos pagan menos por lo que nos compran, cada vez tenemos que pagarle más lo que nos venden, y ahora competidores nuestros en terceros mercados para la colocación de carnes vacuna y de granos, en contra de la filosofía que preconizan, con productores subsidiarios. Tenemos que aprender a trabajar, corno les decía, en América Latina; tenemos que dejar de ser los soberbios europeos de América Latina, y trabajar juntos con nuestros hermanos para defender nuestros Intereses como corresponde.
Hay que internalizar el comercio exterior, hay que trabajar además para cumplir el sueño de los libertadores. Es indispensable que nos demos cuenta que debemos apoyarnos también para los distintos procesos de democratización que debemos llevar adelante; tenemos que terminar con problemas de límites que son tantos y tan graves. Nosotros con Chile, Chile en cierta forma con Bolivia y en consecuencia de alguna manera con Perú, Perú con Ecuador, Colombia con Venezuela, Venezuela con la Guyana por el esequivo; no puede ser más, es absurdo, provoca carreras armamentistas que son una verdadera inmoralidad en países que no han resuelto todavía los problemas del hambre de nuestros pueblos.
Es un lugar común, y a decir amigos, que vamos a recibir a nuestro país en una de las crisis más profundas de su historia. Casi daría la Impresión que son tantos los problemas que los cursos de acción que hay que seguir para solucionarlos fueran distintos y a veces contradictorios. Hay que dar la respuesta que corresponde a la justicia social y hay que aumentar el poder de compra del pueblo, y esto al mismo tiempo que disminuir una inflación tremenda. Vamos a atacar la inflación, pero no haciendo recaer sobre las espaldas del pueblo el esfuerzo de la reconstrucción de la economía. La vamos a recibir en alrededor de un 500% y nos comprometemos en pocos meses a llevarla a 2 dígitos al año.
Pero lo vamos a hacer atendiendo a las medidas estructurales y promoviendo de todas las maneras posibles el aumento de la producción al mismo tiempo que con una disciplina monetaria y fiscal. Tenemos que aumentar los gastos en educación y en salud, pero no podemos aumentar el déficit y entonces corresponderá que la saquemos, saquemos esos partidos de otras zonas del presupuesto, y como no podemos aumentar el déficit, vamos a disminuir el presupuesto de las FFAA en el país. Tengan la seguridad que a pesar de todo vamos a arrancar, vamos a reclamar la solidaridad de las democracias del mundo, vamos a reclamar la solidaridad con la naciente democracia argentina y estén seguros que lo logramos, porque no es cierto que la Argentina esté desprestigiada en el mundo, está desprestigiada la dictadura argentina, pero no el pueblo argentino. Vamos a salir con el esfuerzo de todos, que nadie deje caer sus brazos, que nadie disminuya en un ápice la altura de los objetivos que se ha determinado para el país. Vamos a arrancar, tengan ustedes la seguridad; otros países han atravesado crisis más duras que las nuestras y salieron.
Piensen ustedes en Europa y en la guerra, hoy son nuestros acreedores. Nosotros vamos a arrancar y será con el esfuerzo de todos, con el esfuerzo de la juventud, de la generación intermedia y con los hombres y mujeres de la tercera edad.
A todos les he dicho lo mismo recorriendo la República, y yo les quiero dejar este modesto mensaje de nuevo a los muchachos jóvenes. Comprendan que no están solos; serán la vanguardia de una lucha nueva, de una marcha nueva. Se trata de un rumbo distinto, una marcha con una meta nueva. Y casi diría también con una lealtad nueva. Una lealtad no con el pasado, una lealtad con el futuro que estamos obligados a construir. Un esfuerzo entre todos; yo les he dicho en toda la República que no cometan el error que hemos cometido los mayores. Quien piensa distinto en el pluralismo de la democracia puede ser un adversario, pero jamás un enemigo. No sigan a hombres. Los hombres fallan a veces o no pueden Sigan a ideas. Los principios acompañan toda la vida a un hombre de bien. Quiéranse a sí mismos. No puede querer a los demás quien no se quiere a sí mismo. Pero quererse a sí mismo significa respetarse a si mismo, y para respetarse a sí mismo hay que cumplir con su deber. Cumplir con su deber en el hogar, con el grupo familiar en la escuela, en el trabajo, con sus compañeros.
Es prepararse para cumplir con el deber con la patria, que mañana será el conjunto de los porvenires honrados que ustedes se vayan construyendo con esfuerzo y sacrificio. Es la tarea de todos; es la tarea de los hombres y de las mujeres; de la mujer que tiene esta inteligencia extraordinaria para defender a los suyos y que ahora comprende que la forma de defenderlos es practicando en este proceso de democratización y la vemos rodeando nuestras tribunas como nunca. La mujer que sufre las consecuencias de esta sociedad anticuada y machista que ni siquiera le confiere la posibilidad de compartir la patria potestad de sus hijos. De la mujer argentina que a veces de tan bondadosa le dio el mal consejo al hijo cuando le dijo "no te metas"; es que había miedo y miedo legítimo en la República. Pero frente a este requerimiento de la historia yo estoy seguro que también de tan bondadosa lo tomará de la mano al hijo e irá a la casa de cualquier partido político para decir sencillamente: "aquí estarnos, para defender la democracia de los argentinos".
Esta es la marcha nueva de los argentinos; hemos revalorizado la democracia. Cada uno ha entendido que la única forma de solucionar nuestros problemas es a través de la recuperación de nuestros derechos y nuestras libertades. Cada uno ha entendido que con la democracia no sólo se vota, con la democracia se come, se cura, se educa. Cada uno a entendido que hubiera bastado un solo diputado levantando su voz en el Congreso de la Nación para que estos "nenes de papá" que manejaron la economía hubieran tenido que desaparecer de la Casa de Gobierno.
Tenemos que ser nosotros los constructores de nuestro propio futuro. Cuando no nos mandoneen más, cuando nadie nos mandonee, ni de arriba ni de abajo; cuando nadie presione sobre nuestros derechos; cuando estemos recién convencidos de nuestra posibilidad de ejercer nuestros derechos, y de ser absolutamente responsables de nuestra libertad, allí recién vamos a construir el país que nos merecemos. Tengan la seguridad, será esta la instancia de nuestra marcha, algo nuevo en el país. Superaremos discrepancias. No estamos desafiados fundamentalmente por problemas ideológicos; podemos dejar para más adelante la discusión acerca de los aspectos más sofisticados de la ideología de cada uno. Aquí se trata de poner en marcha políticas de salvación nacional.
Y lo he dicho por todo el país: es tiempo porque estamos frente a elecciones, de levantar y enarbolar las banderas partidarias. Pero también es tiempo porque definimos cien años de paz y prosperidad, de dejar un lugar arriba de todas para que por encima de todas llamee la azul y blanca, hablando del encuentro definitivo de los argentinos. Es tiempo de marchar juntos también lo he dicho también en toda la República, cada uno inspirándonos en lo mejor de nosotros mismos y también en nuestros muertos más ilustres.
Los radicales ya estamos en la marcha, y al frente de nuestra columna. Allá van: Alem, Yrigoyen, Pueyrredón, Sabattini y Lebensohn , Larralde, Balbín, Illia. Los que estén a nuestra derecha pueden Inspirarse si lo desean en Sáenz Peña o en Pellegrini, los demócratas progresistas en Luciano Molina o Lisandro de la Torre, los socialistas en Juan B. Justo o Alfredo Palacios, los peronístas en Perón o en Evita, pero juntos los argentinos para terminar con la dictadura. Es la marcha nueva de los argentinos.
Dentro de poco esto nos va a parecer una pesadilla, un mal sueño. Vamos a enterrar la etapa de la decadencia argentina, vamos a volver a ponerla entre los primeros países del mundo por la riqueza de nuestro pueblo. No va a ser fácil, nos va a costar, pero lo vamos a lograr, y si lo hacemos, amigos de Buenos Aires, que nadie se deje deslumbrar por los resplandores de las glorias del pasado; yo les aseguro a ustedes que si cumplimos con nuestro deber, nuestros nietos nos van a honrar, como nosotros honramos a los hombres que hicieron la organización nacional. Vamos a salir de todo esto, y lo vamos a hacer entre todos, porque vamos a cumplir nosotros, nos toca a nosotros, así lo ha querido la historia, nos toca a nosotros en este Instante histórico fundamental, dar la respuesta que signifique ponerle una bisagra a este tiempo argentino. Vamos hacia el nuevo rumbo, con la nueva marcha, con la nueva lealtad, hacia el futuro los argentinos.
Una marcha presidida por un profundo sentido moral, por un profundo sentido patriótico, para concretar nada más y nada menos que los objetivos del Preámbulo de la Constitución Nacional de los Argentinos, que yo les pido a todos que lo vayamos repitiendo como sí fuera un compromiso al mismo tiempo que un rezo laico y una oración patriótica que ya empezamos a cantar, porque esto significa que vamos dejando atrás la decadencia argentina.
Estamos en una marcha nueva para constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover al bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino.

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