Cantera Popular

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martes, 28 de mayo de 2013

INFLACIÓN: LAS PATAS DE LA MENTIRA



La intervención del Indec fue el punto de inflexión en la guerra por los precios que acumularon un alza del 95,5% en diez años para el organismo público y del 170% para los privados. En lugar de combatir las causas se puso foco en la medición y así la Argentina escaló posiciones en el podio global de los países con mayores subas.
Enero 2007. Graciela Bevacqua, por entonces directora del Índice de Precios al Consumidor (IPC), se convirtió en la primera funcionaria desplazada del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). Su reemplazo: Beatriz Paglieri, funcionaria de muy buena llegada a Guillermo Moreno, quien años después fue promovida a Secretaria de Comercio Exterior.
"El Gobierno pretende acallar las voces que no coinciden con su pensamiento", disparaba por entonces Bevacqua en una entrevista con El Cronista WE. Rosarina de nacimiento, profesora de matemáticas de profesión, la ex funcionaria tuvo que barajar y dar de nuevo desde aquel 31 de enero de 2007 fecha en la que junto con la entonces directora de Condiciones de Vida, Clyde de Trabucchi, se vieron obligadas a dejar sus puestos. Ese día quedó marcado en el calendario como el del comienzo de la intervención del IPC que elabora el Indec.
"A partir de allí comenzaron los cuestionamientos por un IPC sospechosamente bajo. Luego arrancó la partida forzada y silenciosa de varios directivos y técnicos del organismo que iban siendo reemplazados por los data entry", recuerda un ex funcionario del organismo. Y agrega: "Se cambiaron los valores calculados en turismo, se dejó afuera el incremento del 22 por ciento registrado en medicina prepaga, y se tomaron como referencia precios acordados con el Gobierno y no los relevados en la calle. Así arrancó todo".
El objetivo era claro: mientras no se encontraran mecanismos para frenar las alzas se podría atenuar la medición. La justificación oficial: las metodologías de los '90 no correspondían con los consumos actuales y "los viajes al Caribe" no representaban la realidad local. Claro está, la pobreza, la indigencia, el PBI, la distribución del ingreso y la deuda pública son sólo algunas de las ramas cuyo tronco alimenta el índice de precios al consumidor. Índice que desde ese momento fue siempre contrastado con una versión alternativa: primero de las consultoras privadas y luego, multas de 500.000 pesos mediante, por el unificado de las estadísticas disidentes. Así es como la inflación acumulada en diez años fue del 95,5%, según el Indec. O del 170% si se consolidan los datos alternativos.
La salida de Roberto Lavagna como ministro de Economía primero y la llegada del equipo de Moreno al organismo fueron los otros dos puntos de inflexión en el cambio de estrategia que, a juzgar por los datos oficiales permitió "reducir" la suba del 13,4% de 2003 a 10,8% en el acumulado 2012. Claro está, según la misma fuente. Para los registros privados, la Argentina cerró el último ejercicio con la mayor inflación de la región: 25,6%, desplazando a Venezuela al segundo puesto en Sudamérica.
"La inflación se disparó en 2007, tuvo una baja en 2009 por la crisis internacional y luego volvió a estabilizarse en niveles altos. El relato se armó a posteriori. Me refiero al supuesto ahorro de dólares por los bonos atados al CER. Luego cuando más te hundís en la mentira más difícil es volver", destaca Hernán Lacunza, actual titular de la consultora Empiria, en diálogo con WE. Y agrega: "hoy es más recesivo no hacer un programa antiinflacionario que hacerlo. El desempleo, la falta de competitividad, las restricciones, las dificultades para exportar y todos los parches de la economía se deben a la inflación. No hay dudas de ello".
Por otra parte, no se puede seguir volcando cada vez mayor cantidad de billetes al mercado doméstico porque la sobreabundancia de oferta conlleva una triple pérdida: valor, respaldo y expectativas. Durante los últimos cinco años, el gasto público creció por encima de los ingresos y así fue licuando el superávit fiscal que pasó de casi 4 por ciento del Producto Bruto Interno en 2004 a un déficit proyectado de casi 2,5% si se restan los recursos originados en las rentas del Banco Central y de la Anses. Es decir que los gastos que realiza el Estado superan ya a los ingresos genuinos que se producen mensualmente a través de la recaudación. El M1 -la cantidad de dinero que circula en la economía, más los depósitos corrientes de los ciudadanos- aumentó más de cuatro veces entre 2003 y 2010.
Por otra parte, ya hay también un componente inercial que funciona como un disparador para que los precios sigan subiendo. "Los controles no fueron efectivos", se enoja un dirigente sindical que paradójicamente integra la liga de Antonio Caló en la CGT Alsina. Entre 2003 y 2005, el alza de salarios para el personal de convenio fue del 10 al 12%, desde 2007 entró en el terreno de los dos dígitos con un 23% primero, un 26% en 2008 y un 20% en 2009 producto de la crisis global. Sin embargo, gran parte de los sectores tuvieron que volcar esos incrementos a sus valores de referencia y generar otra nueva suba de los precios. Algo que se repetirá durante este ejercicio con valores cercanos al 24%.
Cómo la ven
Para el 76,3% de los 220 empresarios consultados por la consultora CIO para El Cronista, la inflación es el principal problema que afectará a sus compañías durante este año. El aumento en el costo de los insumos (también vinculado con los precios) y las restricciones al tipo de cambio, completan el podio. "La inflación es el trasfondo de los problemas que tenemos hoy. Es el resultado de una política fiscal y comercial inadecuada en la que cada vez tiene menos efecto el juego de la oferta y la demanda y más lo monetario", resume Mariano Lamothe, gerente de Análisis Económico de Abeceb.com.
Hace tiempo que se viene licuando la competitividad en dólares y los márgenes salvo en algunos sectores excepcionales. La falta de inversión en la ampliación de la capacidad instalada y las restricciones en el abastecimiento de insumos, principalmente energéticos, aparecen como otros dos puntos a atender en un escenario en el que se intentará mantener el crecimiento del consumo.
Las expectativas también pesan. Según el último estudio de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), la inflación esperada para los próximos doce meses a nivel nacional promedia un 34,9%. La mediana de respuestas da un 30%, el mismo nivel que durante el año pasado y muy por encima de la tendencia global. La estimación refleja la inflación percibida esperada que incide, entre otras cosas, sobre negociaciones salariales y decisiones de consumo de los agentes, resumen desde el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la UTDT.
"La inflación es lo que siempre distorsiona la economía. No permitió ajustar tarifas en su momento y obligó a los subsidios que ahora son muy complejos de desactivar", resume Lamothe. Y agrega: "No obstante, la medición pesa si el objetivo de fondo es solucionar el problema. En caso que eso ocurra también va a ser difícil de justificar por qué se hace después de tantos años con esta decisión nacional".

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