El secretario favorito de la
Presidenta incursionó en el mercado turístico desde muy joven. Hoteles,
restaurante e inconsistencias en su declaración jurada.
Pablo Barreiro (29), el flamante tuitero presidencial, es
uno de los hombres que más tiempo pasa con la mandataria. Estuvo con ella
durante la última gira por Asia y es uno de los hombres que le administra las
redes sociales a Cristina Kirchner. Cada tuit que la Presidenta envía a sus
seguidores es tipeado por este empresario santacruceño, devenido en asistente personal.
¿Pero qué hacía Barreiro antes
de ocupar uno de los lugares de mayor intimidad del poder ejecutivo? Según su
declaración jurada, presentada en la oficina anticorrupción, el último trabajo
de Barreiro fue de chofer en la empresa Mr Clear, una organización presidida
por su padre, Fabian “el Gordo” Barreiro, dedicada a la recolección de residuos
en El Calafate, la ciudad preferida de la Presidenta.
“El gordo” Barreiro es otro
próspero empresario santacruceño que incursionó en el mercado turístico de El
Calafate de la mano de su ex patrón, Néstor Kirchner. Barreiro fue primero
secretario privado de Néstor y luego derivó a empresario. Al revés que su hijo.
Lo curioso es que en 2006, con
23 años apenas cumplidos, Barreiro creó la empresa RP Transporte SA, pero en
abril de 2007, unos meses después, entró a trabajar como encargado en el Hotel
Los Sauces, en Calafate, propiedad de la familia Kirchner. Luego, en junio de
2008, renunció a ese trabajo para pasar a ser el “encargado” de la empresa que
ya presidía desde 2006. Continuó al frente de RP Transporte, hasta que a
finales de 2009 pasó a ser chofer de Mr Clear.
Mientras estuvo como encargado
del hotel Los Sauces, Barreiro constituyó la sociedad Los antiguos Patagones
SRL, para la creación del hotel Mora en la localidad de Los Antiguos, en Santa
Cruz. La empresa la registró en Santa Fe y su primera socia fue una militante
kirchnerista y empresaria de Villa Gobernador Galvez llamada María Carmen
Murabito. En mayo de 2008 Murabito le cedió sus acciones al padre de Pablo y se
blanqueó lo que se conocía desde el minuto cero: Fabian Barreiro era el dueño
de ese hotel. Dos años más tarde, cuando el joven fue convocado para ser
secretario de la Presidenta, Pablo decidió cederle sus acciones en la empresa a
Fernanda Palmentieri, una abogada y empleada de la Anses de Villa Gobernador
Galvez.
Cuando se convirtió en
asistente de Cristina, sobre el joven Barreiro pesaba el legado de sus
antecesores. Cuatro secretarios K fueron investigados por la Justicia, y en
algunos casos sobreseídos, debido a sus llamativos enriquecimientos.
Por casi dos años, Barreiro
estuvo alejado del mundo empresarial, al menos en los papeles, hasta que a
fines del año pasado se le conoció un nuevo emprendimiento junto a su padre: el
restaurante Campo Grande. Este exclusivo local gastronómico fue inaugurado para
el día que se estrenó la película de Néstor Kirchner y cuenta con los servicios
del cheff preferido de Cristina, Mirko Ionfrida Baleta. El emprendimiento tiene
un capital de 100 mil pesos dividido en 75% para Fabian Barreiro y 25% para
Pablo Barreiro. Solo pagaron 25 mil pesos y se comprometieron a saldar la deuda
en un plazo de dos años, según consta en el boletín oficial de la provincia de
Santa Cruz.
Terreno. Otro dato curioso que
presentan los bienes de Barreiro es que cuando presentó la Declaración Jurada
Inicial en 2010, obligatoria para cualquier funcionario público, dijo tenía un
terreno de 1.206 metros cuadrados en El Calafate y que lo adquirió en 2007 a
12.166 pesos, pero ese mismo año, cuando presentó la Declaración Jurada Anual,
cambió esa cifra y acusó que lo había comprado por 9.025 pesos. En su
declaración jurada de 2011, repite el último valor. ¿Cuál es el precio
verdadero? Si la cifra verdadera fueran los 9.025 pesos, entonces Barreiro
habría comprado un terreno en uno de los paraísos más exclusivos del país a
7,48 pesos el metro cuadrado y se sumaría a la larga lista de funcionarios y
empresarios que gozaron de los privilegios inmobiliarios del entorno Kirchner.
Por último, Pablo Barreiro
posee un Ford Ka modelo 2006 que lo adquirió por medio del Plan Ovalo, cuando
se dedicaban a la actividad privada y que canceló apenas ingresó a la
administración pública. A los pocos meses de asistir a Cristina se compró una
moto Honda XRB 750N, modelo 1992 y tiene un sueldo que supera los 30 mil pesos
mensuales, sin sumar los viáticos. Tiene un hijo de casi tres años y juega en
el equipo de los solteros. Todo un candidato.
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