La lucha de las mujeres por el reconocimiento de sus derechos no se
limita a un día, pues diariamente miles de ellas trabajan en el orbe porque los
derechos conquistados se cumplan.
Para Elvira Rawson, ser reconocida como ciudadana y tener derecho al
voto fue no sólo su pasión, sino su vida entera.
Elvira fue una de las primeras mujeres que en el siglo XIX obtuvo un título
universitario en Argentina, para ejercer como médica. No sin antes sortear una
serie de obstáculos, como el de trabajar y estudiar, ya que su padre le retiró
su apoyo económico, porque no quiso ser profesora, “una profesión digna de una
señorita decente”, como él le decía.
Elvira Rawson había estudiado en la Escuela Normal de Mendoza, de la
cual egresó en 1884 con el título de maestra normalista, profesión que ejerció
sólo un año.
En 1885, Elvira comenzó sus estudios de medicina en la Universidad de
Buenos Aires, donde se diplomó en 1892.
Su primera experiencia en la profesión médica la realizó en el Hospital
Rivadavia de Buenos Aires. Durante la Revolución del 90 atendió a heridos de
ambos bandos, aun contrariando las órdenes de sus superiores, y demostró un
auténtico temple profesional.
Su trabajo cotidiano le llevó a ganarse el público reconocimiento del
doctor Leandro N. Alem, quien la llevaría a afiliarse a la Unión Cívica
Radical, partido político donde tenían eco sus ideas progresistas sobre el ser
y el hacer de las mujeres.
Para titularse de médica, realizó la tesis “Apuntes sobre la higiene en
la mujer”, trabajo que fue alabada por el eminente médico Gregorio Aráoz
Alfaro.
Este estudio fue el punto de arranque de su carrera política para
mejorar la situación de la mujer argentina, lo que la llevó a ser una de las
más reconocidas feministas de principios de siglo en su país.
El trabajo de Elvira no se limitó a la militancia y a la medicina, sino
que formó parte del Consejo Nacional de Mujeres, participó de la creación del
primer Centro Feminista y tuvo una actuación destacada en el Primer Congreso
Femenino Internacional, realizado en Buenos Aires en 1910, y en el cual
participó en las secciones de Sociología, Derecho y Educación.
Su feminismo pretendía establecer el equilibrio entre mujeres y
hombres, más no la ruptura. Sin embargo, abogó por el divorcio vincular, pero
con limitaciones que tendían a impedir la proliferación de las separaciones
matrimoniales.
Elvira trabajó en la creación de los hogares maternales (hogares para
madres solteras), idea que se concretó hacia 1910 con el Centro Prohogares
Maternales "Juana Gorriti", institución continuadora de la obra del
Centro Feminista.
Las múltiples iniciativas de derechos para las mujeres fueron
traducidas por Elvira en la modificación de la legislación, en la búsqueda de
la igualdad de oportunidades para hombre y mujeres, tanto en el ámbito
profesional, como en el social y familiar.
Así, en el Congreso Internacional propuso cambios en el Código Civil
que resultaban marcadamente progresistas, como la igualación de la patria
potestad entre el padre y la madre, la libre administración de los bienes por
parte de la mujer y el mantenimiento de todos los derechos individuales de la
mujer (igualados, en gran medida, a los del hombre) aun después del matrimonio.
Sin embargo, el reconocimiento a sus planteamientos a favor de las
mujeres vino después, pues en su momento fueron incluso severamente juzgados,
lo cual no impidió que Elvira continuara avanzando. Así, 1919 fundó la
Asociación pro-derechos de la Mujer, secundada por otras grandes feministas,
como Alfonsina Storni y Adelia Di Carlo.
Paralelamente a esta labor difusora del feminismo, Elvira Rawson fue,
entre 1907 y 1908, médica inspectora y médica de la 3ª Sección (de Higiene
Escolar) del Departamento Nacional de Higiene. Por entonces, era la única mujer
que integraba esa dependencia pública.
En 1916 Elvira fundó y dirigió la primera institución dedicada al
cuidado de niños débiles, en Uspallata (Mendoza). Una de sus primeras
propuestas, por ejemplo, fue establecer la "copa de leche"
obligatoria en las escuelas.
La obra de Elvira escrita no fue extensa, aunque sí de calidad. Además
de su tesis, se destaca un estudio sobre las condiciones higiénicas, climáticas
y termales de Mendoza, lugar donde vivió muchos años de su vida. También
realizó distintos informes sobre la situación y condición de la mujer, y sobre
los hogares escolares.
Elvira nació en Junín (Buenos Aires) el 19 de abril de 1867. Y murió en
Buenos Aires el 4 de junio de 1954: una vida por la lucha de los derechos
femeninos, en varios frentes.