Cantera Popular

Cantera Popular

lunes, 22 de julio de 2013

¿SOLUCIÓN PARA ACABAR CON LA CORRUPCIÓN POLÍTICA?


Transparencia y castigo
Debemos aceptar la fragilidad moral del ser humano como individuo, por lo tanto todo aquel que tenga influencia sobre los presupuestos públicos debe estar vigilado constantemente.
La transparencia no evita la corrupción “per se”, pero sí crea la sensación para quien toma las decisiones de que verdaderamente esas decisiones serán cuestionadas y pueden tener consecuencias sobre su persona; también permite a los ciudadanos comprobar que su dinero pagado vía impuestos está siendo gestionado correctamente, lo que redunda en una mayor confianza en nuestros gobernantes.
En cuanto al castigo, me refiero al castigo público por encima del judicial (que llega después, mucho después). Nuestra falta de sentido democrático permite que los políticos mientan, cometan delitos, se aprovechen de sus puestos públicos,... sin que por parte de la sociedad exijamos dimisiones o responsabilidades. De esta forma, aceptamos y fomentamos este tipo de conductas en lugar de erradicarlas.
Lo primero que deberíamos hacer es autocrítica en este sentido. ¿Qué clase de país somos o queremos ser?
Hablamos de modernizar el país, pero si nosotros mismos somos reticentes a los cambios, ¿Cómo esperamos que quienes se benefician tengan la voluntad de cambiar el funcionamiento de este país? No hay que olvidar que los políticos son un reflejo de la sociedad y viceversa.
Introducir una ley de Transparencia efectiva es relativamente fácil, y con voluntad se podría haber llevado a cabo hace mucho tiempo. Poner el foco en los concursos públicos, subvenciones, contratos, remuneraciones,... en resumen, donde se mueve el dinero (y la corrupción) debería haber sido siempre una prioridad, pero quienes hacen las normas son los que se benefician de ellas, por lo tanto tenemos la responsabilidad como ciudadanos de exigir lo que ellos no cumplen.
Lo verdaderamente difícil es cambiar la sociedad, pero está en nuestras manos hacerlo; de hecho, nos encontramos en un momento de transición y las decisiones que tomemos ahora nos llevarán por uno u otro camino en el futuro.
Aunque parezca mentira, un delincuente como Ricardo Jaime puede colmar ese vaso que necesitamos que rebose para salir de esta inacción generalizada entre los políticos y los ciudadanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario