Características del Krausismo:
a) La libertad individual:
b) Unidad, variedad y armonía:
c) El derecho: El derecho y la ética se identifican en una especie de
organización de la vida interna de Dios. La Ética es indiferenciable del
derecho, para Krause como para los románticos. Kant, en cambio, hacía una
distinción formal entre ambas la moral se refiere a actos internos, de la
conciencia individual Pero el Derecho se desenvuelve en la práctica externa,
esto es en el contacto de la conducta individual con los otros individuos.
d) El ser social del individuo
e) La igualdad de los individuos
f) El Estado como sociedad de derecho. El estado para Krause es un
órgano de derecho, que tiene por objeto mantener el equilibrio y la armonía
entre todos los demás órganos que lo integran, entre los hombres como
individuos y entre las personas colectivas morales: "Mantiene a todo
individuo, a toda familia, a todo pueblo
en la integridad de su personalidad y actividad legítima, y asegura las
relaciones de una con otras personas según derecho".
g) La familia.
i) La idea de la ciencia.
j) Idea del progreso de la vida y el progreso de la sociedad son dos procesos
paralelos y aún idénticos: Es evidente para los estudiosos del tema como
concepto krausista de organismo tomó pié en el spenceriano de evolución, para
hacer del transformismo biologista el eslabón que justifica el paso del
idealismo krausista al monismo científico de carácter positivo.
"Se incorpora los avances de la ciencia y muy en especial la
teoría de la evolución, sin que ello suponga renunciar a los elementos críticos
y metafísicos provenientes del krausismo, buscando una alianza entre la
especulación y la experiencia".
"Krause ha visto tan claramente y ha repetido con tanta fuerza
como Spencer que el progreso de la vida y el progreso de la sociedad son dos
procesos paralelos y aún idénticos y que las páginas de la historia deben
quedar siendo en gran parte, indescifrables e inexplicables, mientras no se
haya encontrado su clave en la naturaleza y las leyes de la vida".
"A mi entender Spencer no ha hecho entrar en la idea de la vida
nada que haya sido excluido de ella por Krause".
El pensamiento de Krause:
De Krause dice Menéndez y Pelayo que es un "teólogo iluminado
tiernísimo, humanitario y sentimental, a quien los filósofos, transcendentales
de raza miraron siempre con desdeñosa superioridad, considerándole índole como
filósofo de logias, como propagandista francmasónico".
Y hablando de los
planes de reformas de todas las instituciones, propuestas por el krausimo, los
clarifica de "sueños espiritistas -francmasónico".
Algunos pasajes de Krause:
"Si un pueblo ha de representar una verdadera persona humana (un
hombre superior y agente de su destino), debe en primer lugar mantener y
desarrollar su carácter nacional, en forma de una moral pública, porque sólo en
razón de ella se hace respetable el pueblo dentro y fuera como una potencia
moral humana, bajo una voluntad consecuente expresado y ejercitada
"El carácter moral se manifiesta desde temprano en el hombre, lo
mismo que en la familia y en el pueblo, por aquella resolución decidida que
solemos llamar voluntad tenaz voluntariedad Este es el embrión vigoroso, sano,
pero informe todavía de la virtud y la libertad moral. La libertad aparece aquí
en su estado elemental; es una voluntad simple, absoluta, de lo querido".
"Estos motivos morales son pronto entendidos y se comunican de
unos a otros por una fuerza general, que puede llamarse conciencia pública,
sentido común moral.
"Es una ley sencilla: aplícate a moralizar el medio social en que
vives desde ti a la familia, al círculo libre, al pueblo; y afirmarás en grado
descendente el sentido moral del pueblo de la familia y el de ti mismo".
El Krausismo en Yrigoyen:
Señala con agudeza Ataúlfo Pérez Aznar: "Yrigoyen encuentra en el
pensamiento de los republicanos españoles, que reviven las tradiciones
federalistas del pueblo peninsular, actualizándose dentro de la filosofía
política de la escuela de Krause, un punto de referencia teórico que le permite
fijar su posición crítica frente al positivismo en auge. El krausismo de
Yrigoyen no constituye una posición filosófica, sino una definición política.
Desarrolla, para satisfacer una necesidad dialéctica, la concepción pluralista
del Estado y la doctrina de la eticidad del derecho, que han de renovar los
planteamientos federalistas y las definiciones morales de la democracia
argentina. A esto, y solamente a esto, debe reducirse el llamado
"krausismo" de Yrigoyen"
Desde luego, el radicalismo no fue solamente influido por el krausismo
o el liberalismo del siglo pasado. Si bien Yrigoyen no tenía conocimientos
profundos del marxismo, si era claramente anti positivista, espiritualista y
humanista, y esto forma parte permanente de las concepciones ideológicas del
radicalismo. Las ideas del individuo-ciudadano, de la riqueza espiritual y
moral opuesta al materialismo.
"Su pensamiento político filosófico tuvo un origen doble, por una
parte la tradición doctrinaria elaborada por la escuela del pensamiento del
"federalismo científico" formada por ex federales, que habían tenido
como trasfondo una filosofía espiritualista. Se había tratado de una síntesis
del liberalismo y catolicismo. Este liberalismo federal, que informa a los
principales hombres del 70 previamente al avance positivista, pertenecía a un
movimiento espiritual, muy amplio y difuso, el tradicionalismo, su otra
vertiente estaría formada por el pensamiento krausista".
La acción espiritual de Yrigoyen habría marcado una nueva etapa en el
pensamiento del liberalismo argentino, al sostener su pensamiento político como
un concepto de solidaridad, a la vez jurídico, sociológico y religioso".
Manuel Gálvez lo describe a Yrigoyen: "Hombre de principios; así
ha sido y será toda su vida. En un país
de hombres sin principios fijos, él se rige por unos cuantos principios. Aquí
donde casi todos son materialistas, él es idealista y místico. En medio de
millones de indiferentes, él tiene una fe y una pasión. Renuncia a todos los
placeres de la vida en un pueblo de gozadores de la vida o que aspiran a serlo.
El único argentino que no habla mal de nadie ni pronuncia palabras obscenas o
sucias es él. Y el único que para nada piensa en Europa. La oposición entre
Yrigoyen y el ambiente también es la oposición entre el hombre austero del
campo, y el hombre sibarita de la ciudad; entre el campo de soledades y la
ciudad de vanidades."
"Hipólito Yrigoyen, como lo he dicho, ha pedido su afiliación, en
una logia masónica. Y es simpatizante del espiritismo".
Se pregunta Gálvez: "¿comprende bien el krausismo Hipólito
Yrigoyen?. Creo que no leyó a Krause sino a Tiberghien y a otros comentadores suyos. Tal vez no ha entendido profundamente a la metafísica krausista, pero si la parte ética
y política, que son accesibles a cualquiera. Con sus malos estudios secundarios
y universitarios, sin una cultura general verdaderamente vasta, sin ordenada
preparación en tal arduas disciplinas, Yrigoyen no ha podido comprender a fondo
el krausimo ni ninguna otra doctrina filosófica. Pero hombre de extraordinarias
intuiciones, ha adivinado su esencia y con ella ha enriquecido su
espíritu."
En su vida privada y pública Yrigoyen es un perfecto krausista salvo en
su afición a las mujeres. Vestido con ropas oscuras, algo solemne pero sin
afectación, no ríe, habla de cosas abstractas y expresa ideas de la más severa
moral"
Textos de Hipólito Yrigoyen:
"Quise que mi vida trascendiera al pueblo como un modelo y
señalara un camino hacia la perfección espiritual. Tengo, por ser así, el alma
intacta, tal como la Divina Providencia quiso forjarla al soplo de sus
impolutas irradiaciones. Yo no sé más que de la tarea evangélica de darme a los
demás. En mi frente no cabe sino el ímpetu de los grandes pensamientos y en mi
corazón los latidos generosos y solidarios... doquiera que haya una libertad
oprimida la redimiré y dondequiera que exista un derecho avasallado, lo
restauraré... Cuando un ciudadano ha consagrado su existencia a la causa de la
Nación, debe ser irreductible en su decisión a inspirar todos sus actos y
acciones en principios inmanentes de justicia.
"He vivido en comunidad con el espíritu de la patria, y esa
comunidad hace cada día más sublime la imagen de las mutuas ensoñaciones...Eran
las eternas fuerzas del espíritu que se encendían en mi mente, en forma de
transfiguración! ¡Esa potencia creadora me impulsaba al destierro voluntario de
las vanidades humanas, y se erguían majestuosamente trazando los horizontes
inefables, en los cuales se percibía una vibrante apoteosis de la grandeza de
la patria.!”
"Con la Revolución se propuso mantener en pie de permanente
rebeldía -en la conspiración constante-
a la ciudadanía argentina, contra los usurpadores del poder. Con la
Intransigencia se encerraban los postulados del Dogma, en una interpretación
ortodoxa e intangible. De tal modo, se hacía imposible la desvirtuación de su
sentido ético e histórico en entendimientos o uniones con facciones políticas a
las que siempre habíamos combatido. Con la Abstención se lograba evitar que
gran parte de los ciudadanos cedieran a los halagos de las prebendas y del usufructo
de las cosas materiales a cambio del debilitamiento de sus conciencias de
hombres libres".
"Las crisis morales tiene su lógica reparación y no se extinguen
sino segando sus fuentes originarias" El concepto de Reparación en cuya
esencia se fundaron las más nobles y plausibles esperanzas, debe señalar
siempre la orientación superior de sus propios preceptos rectores, eliminando
todo cuanto por su perturbación no
guarde armonía con sus realizaciones definitivas”
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