Accidentes ferroviarios, rutas en mal estado, inundaciones y las
crecientes importaciones de energía muestran la falta inversiones de largo
plazo.
Energía y transporte son probablemente las dos dimensiones
fundamentales para la infraestructura de un país, porque son las que hacen
posible el funcionamiento de la economía, la generación de recursos y la
circulación de personas.
El listado de necesidades es extenso:
·
Construcción
de centrales de energía hidroeléctrica, eólica y térmica,
·
Recuperación
de las redes urbanas de distribución de electricidad
·
Instalación
de puertos regasificadores
·
Exploración
de la plataforma submarina
·
Explotación
del yacimiento de Vaca Muerta
·
Modernización
de los ferrocarriles de cargas
·
Trazado
de líneas troncales para trenes de pasajeros
·
Ampliación
de la red de subtes entre 30 y 80 kilómetros
·
Construcción
de 3 mil a 4 mil kilómetros de autovías
Como si fuera poco, el incendio del pasado 2 de abril de la destilería
que la empresa estatal YPF posee en la localidad bonaerense de Ensenada, ha
determinado que YPF tenga que importar en 2013 hasta un 6 por ciento más de
combustible de lo que había previsto, tal como manifestó el presidente de la
petrolera, Miguel Galuccio.
La década perdida
El economista Alieto Guadagni (profesor universitario y ex secretario
de Energía de la Nación en dos oportunidades) manifestó que "esta ha sido
la década perdida. El déficit y la descapitalización del país fueron tremendos.
No se trata de hacer una obra, sino de un gran programa de inversiones",
en entrevista realizada por Infobae.
"El actual es un modelo de capitalismo de amigos con una
estructura corrupta. Hay que ir hacia un sistema competitivo, con movilización
de inversiones. Necesitamos un cambio copernicano: modificar el régimen tributario
y la coparticipación impositiva, jerarquizar la administración pública, nombrar
a los directores nacionales por concurso, regularizar los entes reguladores,
revocar todas las concesiones hechas de una manera turbia a los amigos del
poder que no han invertido y terminar con las corruptelas en las obras
públicas", indicó Guadagni.
Roberto Agosta, decano de la Facultad de Ingeniería de la UCA explicó
que "Brasil está realizando un plan parecido al que estoy describiendo,
aun teniendo en cuenta que es un país que hizo muchísima más infraestructura
que Argentina en los últimos 50 que años".
Emilio Apud, ingeniero industrial y ex secretario nacional de energía
subrayó a Infobae que "Salir del estancamiento energético es un objetivo
poco ambicioso si consideramos la gran cantidad y variedad de recursos
energéticos con que cuenta nuestro país. De todos modos, aunque se iniciara ese
cambio ahora, durante unos 5 años tendremos que seguir importando cantidades
crecientes de gas natural, que hoy representan el 25 por ciento del consumo.
Debemos recordar que el 50 por ciento de nuestras necesidades energéticas se
cubren con gas".
La necesidad de financiamiento externo a largo plazo
"Todo el plan supone una inversión de varios miles de millones de
dólares. Parece mucha plata, pero hay que pensar que el producto bruto (PBI)
argentino es de 450 mil millones de dólares. Además, en subsidios al transporte
hemos gastado 4 o 5 mil millones de dólares en los últimos diez años. No es que
los recursos no hayan estado disponibles, sino que los hemos usado para otras
cosas", afirma Agosta.
"Para tener un sistema energético que aproveche y ponga en valor
los recursos, se requeriría para los próximos 7 años una suma superior a los 80
mil millones de dólares, incluyendo exploración convencional y off shore de
hidrocarburos. Cifra pequeña comparada con los más de 90 mil millones que
deberíamos gastar para importar en ese período al ritmo actual", explica
Apud.
¿Pero cómo se obtiene esa inmensa cantidad de recursos? Más allá de que
se puede hacer un uso más eficiente de las cuentas públicas, es evidente que no
alcanzan a cubrir inversiones semejantes.
"No son obras que se puedan financiar con una sola generación
-dice Agosta. No sería lógico. Habría que conseguir financiamiento de largo
plazo, para que los aportes sean realizados por varias generaciones, ya que
todas se van a beneficiar con los resultados".
"¿Por qué Argentina tiene un riesgo país de 1.300 puntos y Bolivia
levanta capitales al 3,5 o 4 por ciento? La primera medida a tomar es dejar de
mentir con el Indec. Hay una secuencia lógica: mientras se siga mintiendo, no
se puede arreglar el artículo cuarto del Fondo Monetario Internacional.
Mientras no pueda resolver eso, no se puede acordar con el Club de París. En
tanto eso no suceda, no hay posibilidad de acceder al crédito blando de los
países exportadores de bienes de capital", sostiene Guadagni.
El desafío es que esos créditos no se dilapiden. Si no, Argentina
volvería a quedar frente a la misma disyuntiva sin salida de siempre: acudir a
un endeudamiento irresponsable que no se utiliza en beneficio de la sociedad,
pero que de todos modos termina siendo pagado por ella; o, para evitar el
endeudamiento, continuar con el deterioro de la infraestructura nacional.
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