El libro Converso confirma lo que cuenta Relato Oculto: durante la
dictadura militar Víctor Hugo Morales estuvo muy lejos de tener las actitudes
críticas y de resistencia que hoy pretende haber tenido.
Uno de los capítulos de Converso, libro escrito por el periodista Pablo
Sirvén, se dedica a analizar los años de Morales como periodista en Uruguay,
antes de radicarse en Buenos Aires.
Un hallazgo de Sirvén es haber dado con el testimonio del periodista
argentino Jorge Brinsek, quien entre 1977 y 1979 dirigió la corresponsalía en
Montevideo de la agencia United Press International (UPI).
Brinsek tomó el cargo en reemplazo del uruguayo Héctor Menoni, detenido
y deportado por el régimen militar al haber cuestionado en un cable las cifras
de detenidos que proporcionaba la dictadura.
Converso, de Pablo Sirvén, confirma a Relato Oculto
Al poco tiempo, cuenta Sirvén, Brinsek también tuvo problemas con el
régimen y debió comparecer ante el coronel Calixto de Armas, jefe de
Inteligencia del Ejército. El militar le dijo que mejor se dedicara a escribir
de fútbol. Hablaron de Víctor Hugo Morales, el periodista deportivo del
momento, y el jerarca militar lo definió así: "Hace su trabajo y no trae
problemas".
Brinsek relata en Converso una anécdota muy significativa. La sede de
la agencia UPI quedaba en el mismo edificio donde estaban los estudios de las
radios Montecarlo y Oriental, la emisora donde trabajaba Morales además de
Canal 4 y el diario El País.
Un día una empleada de la radio llegó a UPI acongojada. Le habían
encomendado armar la lista de invitados para el casamiento de Víctor Hugo, pero
la habían retado porque no había conseguido las direcciones de los principales
jefes militares.
"Estaba muy afligida por eso y entonces alguien del informativo de
la radio le recomendó que me viera a mí, que yo seguro podía tener esa
información que le faltaba. En efecto, vino la chica desencajada y le di los
nombres y direcciones de los diez principales jerarcas militares", cuenta
Brinsek."El presidente de la Nación, que no era militar, Aparicio Méndez,
también estaba en la lista".
En Relato Oculto citamos y documentamos los elogios de Víctor Hugo al
presidente de facto Aparicio Méndez, quien además lo rehabilitó cuando la AUF
le prohibió relatar. Ahora, gracias al testimonio de Brinsek, sabemos que el
formidable relator también lo invitó a su casamiento, junto a los máximos jefes
militares de la dictadura.
Sirvén cita también a un lector del semanario Brecha que relata
respecto al comportamiento de Víctor Hugo Morales en aquellos años:
-Este "hijo de p…", cuando todos andábamos recagados y caminábamos
semiescondidos se daba el lujo de andar en un auto ostentoso
"cargando" cuanta mujer se le cruzaba por 18 de Julio. ¡¡¡Yo lo vi!!!
Y los demás mirábamos de reojo a ver si no venía el "suba-suba", como
le llamaba un amigo a los jeep y camionetas militares…
Concluye Brinsek respecto a la conducta periodística del relator
durante la dictadura:
-Durante los tres años que estuve en Uruguay se comportó
impecablemente. Era un punto de referencia para todo el país. Había por
entonces mucho dolor por los periodistas presos. Me consta que Víctor Hugo era
funcional a los militares. Él no puede criticar la conducta o el instinto de
preservación de periodistas argentinos en esa época en que aquí desaparecía
tanta gente, habiendo tenido un pasado más que complaciente en lo personal como
en lo económico en plena dictadura uruguaya. Jamás se jugó media palabra. Y era
un tipo que tenía todo el poder, porque una cosa era un periodista desconocido
detenido y otra muy distinta si Víctor Hugo hubiera ido preso por sus ideas.
¡Si nunca se jugó, era el niño mimado de la dictadura uruguaya!
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