Cantera Popular

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lunes, 12 de mayo de 2014

CUANDO NÉSTOR KIRCHNER DEFENDÍA A ISABELITA Y APOYABA LA GUERRA DE MALVINAS


Luego del desembarco en las Islas Malvinas, el abogado Néstor Kirchner respaldaba, como tantos otros políticos, esa decisión de la dictadura y cuestionaba a la conducción del peronismo porque, a su entender, no defendía como debía a la ex presidenta Isabel Martínez de Perón.
Kirchner vivía en Río Gallegos; allí se encontró con el vicepresidente del Partido Justicialista, el escribano Felipe Deolindo Bittel, que estaba de gira en el sur del país en apoyo a la guerra.
La delegación peronista estaba formada por otros dirigentes: Antonio Cafiero, Carlos Corach, Alberto Iribarne y Oraldo Britos.
“En la puerta del Hotel Santa Cruz, Bittel se cruzó con un hombre de unos 30 años, alto y de cabello largo, que lo increpó con un lenguaje duro, a centímetros del rostro, gritando consignas a favor de Isabel Perón”, escribió el periodista Walter Curia en su biografía El último peronista, ¿quién fue realmente Néstor Kirchner?
Kircher era un desconocido para todos los dirigentes nacionales y fue Eduardo Murguía, referente del PJ en Santa Cruz, quien tuvo que explicar de quién se trataba a los sorprendidos visitantes.
“No cuestionó la guerra; tampoco nos manifestó preocupación alguna por la violación de los derechos humanos”, me dijo, con ironía, uno de los participantes de aquella gira.
Kirchner era un abogado exitoso, es decir ya había hecho el dinero que, en su opinión, necesitaba para dedicarse a la política; su carrera política es conocida: fue intendente de Río Gallegos, gobernador de Santa Cruz y presidente de la Nación.
Una de las biógrafas oficiales de Cristina Kirchner, la periodista Sandra Russo relata en La Presidenta, historia de una vida, que ella le contó que su marido ya le había dicho: “Necesito ser abogado para hacer plata porque quiero ser gobernador de Santa Cruz”.
En realidad, casi todos los políticos respaldaron la guerra de Malvinas, a tono con la mayoría popular. Solo el radical Raúl Alfonsín y el liberal Álvaro Alsogaray se manifestaron en contra.
La decisión de la dictadura también contó con el respaldo de los empresarios, los gremios, varias organizaciones de Derechos Humanos y hasta de Montoneros, la guerrilla de origen peronista, que incluso se ofrecieron a combatir junto a las tropas de las Fuerzas Armadas.

Ceferino Reato - Editor ejecutivo de la revista Fortuna; su último libro es ¡Viva la sangre!

martes, 6 de mayo de 2014

LA BENEVOLENTE FIGURA DEL LAVADO PARA LA CORRUPCIÓN K


El asunto en el caso Kirchner – Lazaro Baez – Fariña no es ni el lavado de dinero ni la evasión impositiva, es el asalto durante una década a las arcas del estado a la vista de todos. Los Kirchner jamás han escondido sus delitos, lo que hicieron fue llegar hasta el 2008 con una complicidad tan generalizada que quedará en la historia de la vergüenza nacional.
Al Capone fue apresado por evasión impositiva y siempre se señala eso como una genialidad, pero en realidad era pura impotencia, porque el mafioso más célebre de la prohibición no era un asaltante sino que hacía negocios en áreas que el gobierno había decidido prohibir, sin que hubiera víctimas. Era un delincuente porque su actividad iba acompañada de todo tipo de crímenes, pero no del robo. Vendía alcohol a quién quisiera comprarlo. El estado al prohibirlo dejó ese mercado sólo para a los delincuentes.
Con las drogas el problema aumentó porque los flujos de dinero se hicieron exorbitantes Esa prohibición a diferencia de la del alcohol, se hizo mundial.
Tampoco el dinero del narcotráfico es robado, pero ¿cómo perseguir a los narcos internacionales por evasión impositiva?
No creo siquiera que exista acción por evasión por actividades sin víctimas que se encuentran prohibidas, porque no hay forma de pagar impuestos por algo que el estado decide que no se puede hacer, sin someterse al castigo establecido. Es decir, se transforma en la elección entre dos castigos, pagar impuestos se vuelve una confesión y una entrega, por lo tanto si en los tribunales se pudiera discutir todavía de cosas serias que definen al sistema político (cosa imposible), creo que las acciones por evasión contra un Al Capone no podrían prosperar con seriedad. Si yo fuera juez al menos, porque o la actividad está prohibida o se recuadan impuestos por ella, pero las dos cosas juntas no cierran desde el punto de vista lógico. Ni siquiera entro en la cuestión de que la evasión tampoco debería ser delito.
El invento del delito del lavado de dinero es más incoherente todavía. Resulta que se transforma en crimen no sólo una actividad sin víctimas sino un movimiento (del negro al blanco) que permite al estado cobrar impuestos, que antes estaban siendo “evadidos”. Al Capone preso por evadir, y un señor X del narcotráfico por lavar, es decir por hacer algo para dejar de evadir. Gataflorismo penal del estado prohibicionista.
Lo único coherente (no digo justificado) por lo que se podría perseguir a Al Capone y a los narcos es por desobediencia. Esos son todos los delitos sin víctimas. Pero el estado no quiere asumir su autoritarismo.
Igual que los mafiosos los funcionarios ladrones hacen una exhibición orgullosa de cómo pagan impuestos, como si eso fuera un indicio de que la plata por la que pagan se la ganaron.
Acá viene la diferencia entre los narcos, Al Capone y ellos. Los primeros no robaron nada, se les debió inventar figuras o forzar otras. En cambio los lavadores de dinero robado al estado tiene como víctimas a todos los “contribuyentes” y al estado en lo inmediato. Lo que tienen no les pertenece.
Para los corruptos que se les diga que no pueden justificar el origen de sus fondos es una buena noticia, porque es un tema menor frente al hecho de que no es su dinero y si logran pagar impuestos son los tipos más felices del mundo. Total nada del monto imponible es de ellos.

Por eso, atención. Que el caso Fariña esté en el casillero de la evasión, es un síntoma más de la impunidad con la que los K se llevaron todo.